martes, 22 de febrero de 2011

El Cisne Negro. Cuando el cine va de emociones

Me gusta ir al cine sin tener demasiada información sobre lo que voy a ver. Y me gusta cuando la casualidad me ayuda a elegir.

Llegar tarde, o verte obligado a ver lo que no considerabas como primera opción siempre me ha funcionado bien a la hora de elegir una película.

Supongo que en parte se debe a mis primeros pasos como adolescente, cuando para saber cual era la película que íbamos a ver, no teníamos más opción que irnos a ver los tablones con fotos que los cines colocaban como reclamo publicitario en el paseo. El cartel de la película y unas pequeñas fotos, era en muchas ocasiones la única información que teníamos sobre la película, y había que afinar mucho la intuición, si querías elegir, ya que una mala elección podía significar que tus amigos del alma te vapulearan sin piedad.

De aquellos tiempos, cada vez más lejanos, me ha quedado el placer por el riesgo, a la hora de elegir una película, y el gusto por las películas emocionales.

Y hoy a tenido suerte! El Cisne Negro es una película que va de emociones. Describe minuciosamente un proceso creativo y lo envuelve con la fuerza de otra historia "El lago de los cisnes" y sentimiento de su música.